Cuando empezaron a restaurar los muros del castillo de Esztergom, en el norte de Hungría, los expertos no imaginaban la sorpresa que les esperaba al descubrir entre sus paredes un fresco atribuido al pintor renacentista italiano Sandro Botticelli (1445-1510).
El fresco es una representación alegórica de la Templanza, una de las cuatro virtudes cardinales, y se encontró en la pared de uno de los aposentos del llamado Salón Vitéz János, donde los restauradores trabajaban desde 2000; y según los expertos corresponde a una de las primeras fases del famoso artista.
Hallazgo
El hallazgo será presentado al público por el ministro de Cultura magiar, István Hiller, en la Academia Húngara de Roma, quien aseguró que el valor del fresco "es incalculable".
El director dijo que en el siglo XV, cuando János Vitéz se convirtió en arzobispo de Esztergom, invitó a pintores de Florencia, de la escuela de arte de Filippo Lippi, la más famosa de la época , y "al parecer mandaron al joven Botticelli, que estudiaba allí".
Horváth añadió que fuera de Italia existen muy pocas obras de Botticelli.
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